El enfoque que mas he estudiado y que pienso que puede dotar al proyecto de un cierto interés es la relación camino-peregrino, la cual sería potenciada por este espació. No se pretende colocar un elemento que compita con el camino, si no, que este en sintonía con este; que no se perciba como un alto en el camino, si no como parte de él y que, de esa parte importantísima, la de elevar la experiencia a algo más que andar hasta un lugar, haciendo material la frase de “el Camino es la meta” Lo primero que se plantea es: cómo será la situación, el cómo va a recibir el conjunto a un peregrino cansado y focalizado en simplemente en llegar al final de la etapa, el sentimiento del peregrino ha de ser transformado, un proceso que parta de despertar el interés para después inducir la posibilidad de hacer un ejercicio de introspección; pararse, respirar, orar y continuar. Cuando el camino cruza por un pueblo, o una zona con cierto interés que difiere del paisaje lineal que rodea toda la etapa, son pequeños momentos que uno olvida que esta cansado y alza la mirada del suelo para ver mas allá, y la mente y el cuerpo se despejan. Explorar así, la idea de curiosidad, la aparición de elementos previos al conjunto principal que vayan despertando en el peregrino cierto sentimiento de confusión e interés que le haga dejar de focalizar la mirada en el suelo y vaya abriendo la mente. El concepto de dar la bienvenida, preparar al peregrino para algo más, implica que también debe haber una despedida, una reflexión al dejar ese momento de intimidad que se ha encontrado en el espacio intermedio: la capilla. El conjunto está entre dos puentes, sí que tenían un significado; un primer puente es una puerta de bienvenida, el puente del final una puerta de salida, todo lo que pasa entre esas dos puertas forma parte de la experiencia a la que está destinada el conjunto. Una vez dentro, pasando por el primer puente, ya recorrido el espacio land-art que ha despertado la curiosidad en el viandante, queda llegar a la capilla. Llegar tiene un proceso de preparación, primero nos preparamos físicamente, olvidando el cansancio y abriendo la mente para lo que se acerca. Esa es la razón por la que nos reciben los baños; una zona con una fuente central para poder lavarse los pies cansados, sentarse en el borde mientras siguen pasando peregrinos, comentar la etapa con algún desconocido, y asearse en la medida de lo posible. El camino sigue hasta la zona del ágora, donde podemos sentarnos a descansar, comer algo y conversar con la gente, el camino sigue recorriéndose, el camino ha quedado inmutado, sigue ahí, atravesando esos espacios uno a uno y llevándonos preparados a la zona final. La capilla es un espacio que queda aun lado, donde al fondo una cruz te llama entre sombras, te invita ahora si, a salirte un momento del camino, y entrar en la capilla para un momento con Dios, o un momento contigo mismo mediante la meditación y la contemplación. La capilla se compone de un espacio interior, correctamente aislado, que con el camino a la entrada te guía hasta la decisión de orar dentro o fuera, en el espacio exterior que han producido un alargamiento de las cubiertas del ágora y la capilla, y que queda detrás de todo el bullicio, un espacio focalizado a la naturaleza y el individuo. Como el interior queda definido, se verá mas adelante. Podemos atravesar el conjunto, sin despegarnos de la tierra del camino, sin darnos cuenta de lo que pasa alrededor, o podemos ser participes de eso que ha crecido alrededor, un catalizador de un viaje a uno mismo, y que al abandonarlo, nos ha renovado para vivir el camino con otra visión, y el camino de despedida hasta el otro puente, será un camino de desvanecimiento de lo que dejamos atrás tanto físico como espiritual, volviendo al buen camino.
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Anteriormente comenté la voluntad de hacer unos formularios a personas que habían hecho el Camino de Santiago, para mi sorpresa hubo numerosas personas que me entregaron sus opiniones y, eran realmente valiosas.
Para poner un poco en contexto; el formulario constaba de dos partes la primera se pedía reflexionar sobre la experiencia a la hora de hacer el camino, si la experiencia había sido fructífera, te había hecho crecer, sentimientos durante las etapas, etc, eso sí, sin dar detalles de para que iba focalizada esta reflexión. La segunda parte se explicaba el fin de la primera reflexión y aparecía la siguiente pregunta “¿Si encontraras un espacio en mitad del camino, ya sea una capilla o una siempre zona apartada para reflexionar, la utilizarías? ¿Qué consideras que debería haber allí para hacerte introducirte a la reflexión/oración?” Las respuestas a la primera parte tenían el mismo trasfondo dicho de diferentes maneras, pero la que resumía curiosamente todas ellas era la del párroco de la iglesia de Benetússer, Javier ha realizado el camino varias veces y tanto si eres creyente como si no, creo que engloba bastante bien el sentimiento del camino. “Realizar el Camino de Santiago, para mí, siempre es un abrirse a lo inesperado… cada camino es una aventura en la que no sabes que te vas a encontrar, y que de alguna forma es un reflejo de la propia vida: momentos de alegría, de paz, de convivencia con otros peregrinos que están llenos de historias… pero también de dudas, de dificultad, donde experimentas la dureza de las cosas y que te ayudan a plantearte muchas cosas. Como creyente cada camino es una oportunidad para dejarle a Dios hablar, y para crecer en el proyecto de vida que Él quiere para ti… cada etapa. Cada paso está lleno de huellas que te ayudan abrirte al misterio de Dios, y poder contemplarlo en la naturaleza, en las gentes, en la acogida que se da a los peregrinos… y por supuesto en la celebración eucarística cada día al final de la etapa, y especialmente en la misa del peregrino… Sin oración y sin buscar tiempo para Dios, haces el camino, pero te pierdes la parte más profunda e importante del camino, la que más enriquece y da sentido al camino… pierdes de la oportunidad de que el camino te haga a ti. En una ocasión de las que realicé el camino me encontré con un peregrino que venía desde Francia y que decía: «Empecé por afición, por moda… pero en el camino he encontrado a Dios» He visto a gente destrozada, con los pies llenos de ampollas, que probablemente en su casa no hubiesen dado un paso y sin embargo a su ritmo han seguido haciendo sus etapas… En el camino hay algo que te engancha, que te seduce, y que te anima cuando te sientes cansado… todo un aliento de fuerza y esperanza para la vida ordinaria. Cuando te propones hacer el camino, sinceramente necesitas poco, más bien descubres tantas cosas que nos sobran, incluso descubres que muchas de las cosas que has puesto en la mochila te sobran y ojalá las hubieses dejado, es un peso con el que tendrás que cargar… el camino es una invitación a desprenderse de las cosas de uno mismo y a abrirse al mundo, a la gente y a Dios” En cuanto la segunda parte; las respuestas se dividieron generalmente, en las personas que harían un pequeño alto en el camino y las que simplemente querrían llegar a la siguiente etapa, yo personalmente me encuentro en el siguiente grupo, pero ahora leída la reflexión de Javier, tal vez andar con esas prisas si que hizo que me perdiera una parte del camino. Mi función ahora, con la capilla, es intentar que las personas focalizadas solo en acabar la etapa salgan de ese estado de concentración; acabar y cansarse lo menos posible y, den un poco de cancha a ser conscientes de lo que están viviendo, porque cuando eres consciente de todo lo que has pasado, lamentablemente, ya es en el final del camino, doy fe. Así bien, queda ahora dotar de sentido formal la frase “el Camino es la meta” tan repetida en el camino; yo mismo me compré una pulsera con esta frase en diferentes idiomas y no supe ver cuan importante era. …”¿Qué consideras que debería haber allí para hacerte introducirte a la reflexión/oración?” Aquí la respuesta fue bastante unánime, todos coincidían en: un espacio de aseo, una zona para poder sentarse a comer, y si quisiera orar, o estar a solas conmigo mismo, un espacio interior no excesivamente grande con una zona exterior en caso de hacer buen tiempo. Conclusiones La zona de aseo; si va a ser parte de un conjunto capaz de provocar una introspección en el individuo, no ha de dar la sensación vestuario de piscina y que genere rechazo, ha de ser una invitación a prepararse para algo más. La sensación que se quiere producir está clara, pero que servicios tiene que ofrecer el espacio en cuestión es la que aun me genera algo de duda. Personalmente pienso que es necesario unos inodoros, una pila con grifo, y un espacio para lavarse con agua algo más que las manos y la cara pero sin necesidad de que sea una ducha, creo que nadie se ducharía a mitad etapa, aún quedan unos km por andar hasta el siguiente pueblo, y el conjunto del espacio se tiene que interpretar a mi parecer como un alto para coger fuerzas y a lo mejor un nueva perspectiva, no para empezar de nuevo. Zona de reunión; pienso que no debería ser una simple zona para comer y ya está, pienso mas en un espacio de reunión donde te puedes sentar y charlar diversa gente, y sí, de paso comer algo para reponer fuerzas, pero que no sea la principal actividad del lugar, que se focalice más como un ágora para compartir ideas. La capilla; después de cuidar la parte física y social, ya se puede estar listo para tratar la parte mas emocional, la meditación, oración, y las fórmulas que cada uno tenga para llegar mejor a si mismo. El espacio podría ser la unión de estos ámbitos; oración, silencio, meditación, y descanso; diluidos entre sí, con parte interior y parte exterior, una parte interior bien cerrada y con las medidas optimas para mantener una temperatura estable, con el fin de que en caso de estar lloviendo o sea un día frió, la primera impresión al entrar sea de calidez, induciendo ya a la percepción de un estado más cómodo para suscitar en el individuo la idea de un espacio para parar todo y estar a solas; y el espacio exterior para esa idea la transmita la naturaleza. Se plantea el proyecto del concurso de arquitectura Hispalyt; la creación de una capilla en el Camino de Santiago, rememorando el proyecto de Francisco Javier Sáenz de Oiza, José Luis Romany y Jorge Oteiza, ganadora del premio nacional en 1954. Las bases del concurso dicen principalmente: “el Proyecto se colocará en el paisaje mesetario de Castilla como un artefacto en diálogo con el entorno, un objeto land art a la manera de un catalizador de energía mística” entonces ahora queda plantear que dirección quiere tomar el proyecto, que puede pedir esa zona del camino y, como puede influir un espacio sacro en mitad de una etapa del camino de Santiago. El camino es un lugar neutro en el mundo, todo se para, da igual de donde seas, que ideología tengas, creencias o las intenciones con las que haces el recorrido, lo importante es que se ha convertido en un punto de reunión universal donde suele reinar el respeto mutuo es, en definitiva, un espacio no “enfrascado” donde confluyen una gran cantidad de personas y de ideas. La verdad es que me gustaría implantar esta idea propia del camino en el proyecto, como la idea de lugar de respeto, lugar neutro, que pueda dar como resultado un espacio “cerrado”. A raíz de la experiencia de hacer el camino saqué la conclusión anterior. Si es verdad que para considerarse una verdad absoluta debería tener varios caminos a mi espalda pero, de momento, me quedo con la sensación de la primera vez. La suerte de haberlo realizado, eso sí desde una distancia mucho menor de la que se encontraría Santiago de la zona de intervención, sumado a que el camino sí que lo focalicé como una experiencia para conocer mejor a Dios me da una perspectiva de cómo pienso que debería el lugar acoger a un peregrino que esta viviendo una experiencia casi única en la vida, y también como debe de despedirle y, si hay voluntad de crecer ya sea como creyente, como persona, o ambas, encuentre las herramientas necesarias entre la acogida y la despedida. La localización de la capilla es curiosa; se encuentra entre dos pueblos, entre ellos a su vez hay dos puentes, y la capilla esta justo entre esos dos puentes, desde la visión de un peregrino tenemos; Melgar (pueblo), Puente de Carrecalzada, capilla, Puente del Rey y, finalmente Osorno (pueblo); la verdad es que no se muy de que sirve esto ahora mismo, pero puede tener algo de interés en el desarrollo del diseño en un futuro. Para acabar, comentar un poco la actitud y la experiencia del peregrino durante el Camino de Santiago y, que puede sumar el hecho de encontrarte una capilla así en medio de una etapa. Para generalizar un poco más la experiencia y que no se basara en únicamente la mía, hice un formulario rápido a personas que habían hecho el camino, tanto creyentes como no. A la espera de que sea contestado por un numero considerable de personas publicaré próximamente una entada con la información recabada. Nuestra intervención en portuarios quiere ser un proyecto que no solo se aproxime al edificio de una manera formal, donde se relacionen proporciones geométricas o volumétricas, sino que también aproxime a la gente del edificio al nuevo barrio que aparece ahora a sus pies. Así surge la idea de crear pequeños conjuntos de viviendas focalizadas a un espacio de menor dimensión respecto al barrio y, abrir estos pequeños espacios de referencia vecinal a la gente de portuarios como una vivienda más de la agrupación. La idea no se quedó solo en introducir portuarios a la vida del barrio, también se plantea la posibilidad de poder recuperar las viviendas en el sur de la parcela y el huerto ya prexistente, ya que actualmente esa zona son patios improvisados por las personas que viven ahí. El mismo conjunto con unas pequeñas variaciones se va acoplando a la trama actual.
Una vez que la idea de crear pequeñas comunidades de vecinos queda clara, falta buscar un lugar a mayor escala que se entienda por el centro neurálgico del barrio, con comercios y una mayor vida que se ve nutrida por esos primitivos conjuntos de unos pocos hogares anexos a ese espacio mayor. Al final todo el conjunto funciona como si de una ciudad medieval se tratase, donde hay pequeñas manzanas aparentemente irregulares, una gran plaza con comercios, campos de cultivo y una gran muralla que en este caso sería el bloque de portuarios. En cuanto al diseño de las casas, han sido realizadas con movimientos sencillos que se puedan repetir en las diferentes tipologías, con el fin de abaratar el precio, y dotar de una homogeneidad entre los diferentes hogares. A nivel compositivo, el objetivo es acercarnos a una estética que confluya con el barrio que le rodea, el Cabanyal, por eso se elijen materiales que recuerden a la estética regional; ladillo visto, madera, y revestimientos de yeso blanco. También se tiene en cuenta el carácter de las personas que viven en este barrio tan emblemático de la zona costera, y se incorpora el patio en el programa de todas las viviendas, con el fin de que no se pierda esa costumbre de vivir también con la calle y, a su vez, los patios, orientados todos ellos a sur, provienen de gran iluminación y una percepción mayor del espacio interior a la casa. Solo queda mencionar el gran verde, que hace a su vez de una especie de parque metropolitano conectando con otros verdes al norte de la parcela, esta masa viva da a portuarios y a la Lonja del Pescado un carácter de monumento en la zona, como lugares lugares de interés, que se convertirán en signos del identidad del barrio. En conclusión, está siendo proyectada una intervención donde lo importante es que se potencien todo tipo de relaciones interpersonales, y con esto crear una identidad de barrio que hoy en día, en las zonas urbanas de nueva planta, se esté perdiendo Las relaciones que se producen a nivel visual y espaciales, tienen que introducirse dentro de el bloque y filtrarlo, así se podría conseguir una relación real, no solo con la intervención, si no también con el Cabanyal en sí, que las personas puedan atravesar Protuarios y dotarlo de vida propia. Por eso investigando encontramos este proyecto que expresa a la perfección nuestra idea de fluidez a través de portuarios. Es un proyecto realizado por el CTAA en colaboración con Juan Pablo Perales. Con la ayuda de las correcciones en público y, especialmente cuando Raúl, el profesor de la asignatura, dijo que definiéramos el proyecto en una sola frase y no fuimos capaces, nos dimos cuenta de que al proyecto carecía de una teoría creativa que sostuviera las decisiones y creara otras nuevas.
Había un bloqueo en las ideas por el hecho de que teníamos diferentes partes proyectadas, pero no teníamos un nexo teórico común entre ellas, lo que no permitía acabar haciendo una intervención coherente, sabiendo esto hicimos una introspección hacia el alma del proyecto y a lo que queríamos que definiera nuestra propuesta. Para empezar teníamos claro que no queríamos que la intervención fuera una simple colocación de elementos que formaran un conjunto y ya está, queríamos hacer un proyecto vivo, que se viviera con la energía que definen los barrios para acabar llamándolos, en fin, barrios, así que definimos el espacio como una zona por la que transcurría una energía que alimentara las calles, los rincones y que llevara hasta el núcleo central que es la plaza, que quedaría entre portuarios y la zona de las pistas deportivas. La zona del parque de los pescadores absorbería la Lonja de forma que esta tuviera una importancia casi monumental en el parque. El gran verde y la plaza central se fusionarían mediante unas corrientes que dirán la perspectiva de que es el mismo espacio, y estas mismas corrientes conectarían la lonja con el resto de la parcela. En cuanto a la vegetación en la zona de viviendas, queremos que aparezca en la perspectiva casi con un carácter pintoresco, habiendo espacios con vegetación abundante y otros no tanto, creando rincones de vida entre las calles que transcurren entre las viviendas. En la parte mas al sur de la parcela habrán dos campos de deportes públicos, en la zona donde se proyectan las viviendas, actualmente hay un campillo de fútbol muy degradado, pero aun así cuando visitamos la zona habían niños/as jugando, fue entonces cuando nos dimos cuenta de que tampoco podíamos robarles ese espacio de actividad, por eso lo trasladamos a lo que nos parecía un rincón conflictivo por la falta de fluidez, la esquina que queda abajo entre las pistas y las casas ya construidas, se convierte así en otra zona de gran energía que complementa al núcleo. Con esta idea de que la gente es la que otorga energía iremos definiendo mas espacios a lo largo del proyecto. Al reunirnos, el equipo decidió que linea debía tomar el proyecto, empezar a trabajar en una dirección concreta que luego den paso a volúmenes, pasar de lo moral y ético al papel.
Por esto se decidió que las viviendas serían variadas, en cuanto a los porcentajes de los tipos de personas que se alojarían allí, personas que vivieran solas, familias con diferente número de hijos, personas mayores. Una flexibilidad que pensamos que potenciará una escena muy diversa que otorgará al barrio la nomenclatura de "barrio" La duda de si crear una simple ampliación del Cabanyal o crear un barrio diferente dentro de este es algo que no acabamos de vislumbrar, pero personalmente pienso que habría que hacer un mix con estos dos conceptos, crear identidad en nuestra intervención sin abandonar los ideales del barrio donde construimos. Hasta hace más bien poco parecía vivir aislado, en una arquitectura utópica de “construcciones de alto presupuesto”, confeccionando espacios fuera de lo que es la realidad del mundo.
Estos últimos días se ha mostrado ante mi un mundo con mucho mas potencial arquitectónico y con mayor carga ética, la vivienda social. Antes de estudiar diferentes proyectos referentes de este tipo de vivienda en nuestro país, mi conocimiento sobre este tipo de arquitectura se reducía a los pares de edificios cercanos a donde vivo, aparentemente despojados de lo que hoy en día se considera como “arquitectónico” aún que puede que ni siquiera sea así, puede que por no prestarles atención con la suficiente perspectiva me haya perdido aspectos fantásticos de estos edificios, por si interesa, estoy hablando de la llamada La Colmena de Alfafar*, está muy próxima a donde vivo. Creo que la forma de afrontar este tipo de proyectos es con cariño, literalmente, con cariño. Expresar con tus líneas el respeto que tienes hacia las personas que puede que se alojen en un futuro en esos hogares, si, es algo que hay que hacer en todos los proyectos, claro, pero tengo la sensación de que, en este tipo de diseños, hay que depositar más sentimiento del habitual. Intentaré potenciar esta manera de “proyectar sintiendo” en la intervención del cabañal, como un pequeño laboratorio en el que puedo experimentar para futuros proyectos. *enlace de Google Maps para visualizar el proyecto de Alfafar. |
AuthorAndrés Galindo Pérez Archives |